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Autor |
Mensaje |
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J . J |
 Publicado: 2021-04-24 16:50:30 |
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Lilia Irene G B |
Publicado: 2021-04-24 18:06:55
Algunos días me produce aprensión los deseos de Elon y otros, de crear una raza hombre-máquina con todas las consecuencias que ello conlleva.
Hugo,
Muy acertado el comentario sobre el aumento de las conexiones interneuronales y el desarrollo de materia gris en los lóbulos.
¿Un Gran Maestro actual le ganaría con facilidad a una de las antiguas glorias del ajedrez? Estoy casi segura que sí. Pero, apostaría que a un Capablanca o un Najdorf le ganarían tres partidas, cuatro… seis seguidas y no más; porque se pondrían a estudiar las nuevas variantes.
Después de todo, cuando inicio el juego con la apertura Española, estoy jugando la que el cura Ruy López de Segura, apuntó y publicó en su obra "Libro de la invención liberal y arte del juego del ajedrez" del año 1561.
Cuando realizo los primeros movimientos de la partida y desemboco en el Gambito de dama declinado, Defensa Tartakower, es la defensa que él jugó ante Capablanca en 1922. Y son casi innumerable los senderos que nos llevan las aperturas, medios juegos y finales; algunos más transitables que otros.
¿No resulta fascinante la intrínseca complejidad del Ajedrez?
Shannonn, el padre de la teoría de la información, hizo una estimación de la complejidad del árbol del juego de ajedrez y arrojó la cifra de 10 a la 120.
Lo divertido es que esa cifra se quedó corta. Por más horas que dediquemos a esta ciencia nunca terminaríamos de abarcarla.
Ahh antes de que me olvide: Estimado Carrevi, lo que más añoro de esta era Covid es la mesa de un bar. En distintos momentos de mi vida fue: Lugar de estudio. Cita con amigos y… más que amigos. Espacio para discusiones acaloradas y, poniendo al costado los pocillos de café, territorio para un tablero poblado de desafiantes batallas.
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carrevi |
Publicado: 2021-04-24 18:37:31
Recuerdo los bares junto a las alamedas donde con un café (a veces sazonado con un Pisco) se comentaba, se cambiaban ideas, y a veces en acalorada bronca, se retaba a una partida que era el culmen de la satisfacción para el ganador y motivo de revancha con apetito voraz de desquite para el perdedor.
A mis 73 años, COMO EXTRAÑO aquellas épocas donde no existía la tecnología y había que caminar a veces kilómetros para conseguir una revista de Ocho X Ocho española para enterarse y aprender de la "mutaciones" de la teoría ajedrecística.
Nuestro ajedrez ha sido, es, y será, sostén y compañía de muchos, que gracias a este humilde deporte logran seguir viviendo y distraerse con él, ignorando de alguna manera lo negativo de la vida. |
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